¿Alguna vez te has detenido a escuchar una canción de las de la radio, de las de moda y analizar el mensaje que trasmiten? ¿Te han dado un toque, una señal en un momento especial de tu día? ¿Cuántos detalles del día a día, de la cotidianidad, pasamos por alto o le restamos importancia sin rescatar su riqueza?
Nuestra amiga y colaboradora Paz Ferrer Ispizua, nos cuenta ¿Qué es y cómo es un proceso de Crecimiento Personal? Y lo hace a partir del análisis de una canción: “Color Esperanza”.
Para algun@s de vosotr@s podrá sonar cursi, infantil, romántica, aburrida, pero al margen de la calidad musical o del estilo de música, esta canción tiene una letra muy honda.
Las bases de un procesos de Crecimiento Personal
Por Paz Ferrer Ispizua
… “Saber que se puede. Querer que se pueda. Quitarse los miedos, sacarlos afuera.”
Tres frases para resumir las bases de un proceso de crecimiento personal (y yo escribiendo post y más post intentando explicarlo). Ni más, ni menos. Para que luego digan que la música comercial actual no tiene mensaje…lo que pasa es que hay que descifrarlo…Bromas a parte, estas palabras en rima podrían ser, perfectamente, un mantra:
– “Saber que se puede”
El primer paso para cambiar, para conseguir aquello que deseamos, para salir de una mala situación, ¿cuál es? Pues darse cuenta de que se puede (y prácticamente SIEMPRE es así, porque “mientras hay vida hay esperanza”). ¿Y quién puede? Pues YO, nadie más, porque aunque la vida nos “permita” hacer, si no decidimos nosotr@s ponernos a ello, si no somos conscientes de que PODEMOS, si no NOS LO PERMITIMOS, ya podría la vida ser un vergel de oportunidades, que elegiríamos quedarnos en nuestro agujero de desolación, tristeza y miedo…De hecho, si tenéis presente al Gollum del “Señor de los Anillos”, para mí es la imagen que mejor representa ese estado de atesorar la propia desgracia, acariciarla y protegerla como un tesoro…
– “Querer que se pueda”
Clarísimamente, porque no basta solo con la CONCIENCIA de que la evolución, el cambio, el crecimiento, son posibles. Hay que poner VOLUNTAD y DESEO. El deseo es la chispa que enciende el motor, la ilusión que alimenta el movimiento. La voluntad es la gasolina, la fuerza que nos conduce al objetivo, la que evita que distraigamos la atención de aquello que deseamos. Voluntad y deseo van juntos, se retroalimentan y se complementan, se necesitan mutuamente para existir y llegar al objetivo. Si nos creemos que “se puede”, solamente hay que “desear poder”, y lanzarse a ello.
– “Quitarse los miedos, sacarlos afuera”
Y esto es lo principal para iniciar la ACCIÓN, ser conscientes de nuestros miedos, y no dejar que nos inhiban. No es necesario que los superemos completamente para iniciar la acción, sino que basta con que los aparquemos lo suficiente como para empezar, y los vayamos desmontando a través de la propia acción, de darnos cuenta de que son fantasmas, o incluso aceptando que puedan ser reales y aprendiendo a manejar las consecuencias. Como dice la misma canción: “Es mejor perderse que nunca embarcar, mejor tentarse a dejar de intentar… Vale más poder brillar que solo buscar ver el sol”.
Publicación original http://paz.amorodio.es