¿Conseguir el éxito o evitar el fracaso? ¿En que bando estas?

\"\" Podemos ir por la vida asumiendo dos actitudes diferentes en función de cómo orientamos nuestras motivaciones: buscando el éxito, o todo lo contrario, buscando evitar el fracaso o los errores. ¿En que se diferencian?

Aunque ambas motivaciones pueden llevar al éxito, el camino recorrido o el proceso para conseguirlo es el que marca la diferencia.

  • Las personas motivadas en el éxito se sienten mas seguras, tranquilas, menos preocupadas, son optimistas, van hacia delante, no temen a los desafías, a lo desconocido. Se lanzan a los nuevos retos y oportunidades, con lo cual tiene más oportunidades de acercarse al éxito.
  • Las personas que procuran evitar el fracaso o los errores, pueden también ser exitosas, pero en su camino es posible que caigan con más facilidad en el estrés. Son más temerosas, inseguras, de detienen en los obstáculos o inconvenientes. El miedo puede llegar a ocupar un lugar importante en su vida, limitándoles el camino o las oportunidades de éxito.

¿Sabes cuál de las dos motivaciones es la que te orienta en la vida? ¿Te habías detenido a pensarlo? ¿Te propondrías hacer algún cambio?

Nuestras motivaciones pueden ser intrínsecas, cuando hacemos algo por el sólo placer que nos proporciona esa actividad, cuando nos proponemos conseguir algo y hacemos todo por alcanzar ese propósito. Esa energía que nos impulsa surge desde el interior. En cambio, la motivación extrínseca depende de factores externos, ya no depende tanto de uno/a mismo/a, sino del contexto, del entorno, de lo que viene de fuera -trabajar para recibir un salario a fin de mes-. En nuestras manos y capacidad está el “hacer” para auto-motivarnos. Algunos ideas para conseguirlo:

  • Lo más importante es que la motivación sea intrínseca, personal, “lo hago por mí y para mí”. No generada desde el exterior. Un ejemplo sería -\»voy al gimnasio para sentirme mejor\» – o – \»voy al gimnasio porque mi amiga me ha pedido que la acompañe\»- Cuando cambie la situación externa es posible que se abandone el propósito, que no se mantenga en el tiempo. Lo impuesto no perdura.
  • Comienza elaborando un pequeño listado con tus motivaciones principales.
  • Convierte esas motivaciones en metas más pequeñas, en objetivos a corto plazo y alcanzables, que te permitan empezar a actuar. De esta forma evitas el estrés y la decepción por no alcanzarlos.
  • Traza objetivos acorde a tus capacidades personales. Para ello debes conocer bien tus capacidades. Evita las metas demasiado ambiciosas solo te traerán decepción y frustración.
    Si es necesario, reformula los objetivos una y otra vez hasta conseguir aquellos asequibles, viables. Es importante que sientas que esos objetivos los puedes conseguir.
  • Expulsa aquellos pensamientos negativos, derrotistas. Suprime todas las expresiones de lamentos o victimismo, sólo alimentan la desesperación.
  • Ten siempre presente que no todo saldrá a la perfección. Así podemos preveer la decepción ante posibles obstáculos e inconvenientes.

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